Novia que te vea by Rosa Nissan

autor:Rosa Nissan [Nissán, Rosa]
La lengua: spa
Format: epub
ISBN: 978-607-318-605-6
editor: Penguin Random House Grupo Editorial México
publicado: 2019-06-01T00:00:00+00:00

Ahora los domingos en la noche nos vemos: ese día por lo menos es seguro que no nos cachan; al fin León me deja en la casa a las nueve, y hasta que regresan mis papás de jugar Andrés y yo tenemos tiempo para estar juntos.

Hoy me dieron asco los besos de León, tan lentos; además se la pasa contándome chistes y ninguno me da risa; que dizque se quiere casar, pero si lo corto capaz que mi mamá me mata.

Lo bueno es que como ven que el fin de semana ando con León, nadie se huele que sigo viendo a Andrés.

Hoy sí nos fue de la patada. Ahí estamos en la escalera güiri y güiri, como siempre; platicando lo de Pito Pérez, de Israel, de sionismo, de la maravilla que es que Eretz Israel exista, del kibutz, de la vida artificial de nuestra comunidad, de que las mujeres se la pasan de las barajas al salón y de compras, y que para eso necesitan casarse con un rico. Y los hombres igual.

Estábamos en esto cuando oímos que mis papás iban subiendo, yo creo que iban en el primer piso, apenas nos dio tiempo de pensar en cómo desaparecer; me metí volada a la casa y le dije a Andrés que se subiera a la azotea y que cuando mis papás entraran a la casa se podía bajar. ¡Cómo me saltaba el corazón dentro de mi cama con todo y zapatos, conteniendo la respiración para que no notaran que estaba despierta, vestida y temblando de miedo, imaginando que mi mamá podía venir a mi cama y jalarme la cobija quedando yo al descubierto!

Y sigo pensando en cómo ayudar a los pobres, en la enorme injusticia que hay en el mundo, y me da rabia. ¡Qué puedo hacer para evitarlo! ¡Dios mío, qué puedo yo hacer! Tengo que encontrar alguna manera. ¿Podré quedarme dormida esta noche? ¿Cómo quedarme quieta con tanto adentro?

Mi papá, que siempre entra a nuestro cuarto, nos vio a las tres, luego entró al de mis hermanos y se metió al suyo.

Más noche, cuando estuve segura de que dormían, sin hacer ruido me desvestí debajo de las sábanas. ¿Cómo le haría Andrés?

Nunca imaginé lo que pasó Andrés anoche: dice que subió a la azotea y que cuando oyó que mi papá puso el cerrojo, bajó los cinco pisos, pero no pudo salir porque a la puerta del edificio le habían puesto doble llave. Se sentó a esperar si llegaba alguien; estuvo horas y nada. Lo mejor era volver a la azotea a localizar el cuarto de mi sirvienta y decirle lo que pasaba. Juanita se asustó de que un hombre le tocara a su puerta a esas horas; cuando lo reconoció se puso su bata y bajó a abrirle. ¡Pobrecito y yo ahí asustadota en mi cama! ¡Qué linda es Juanita!

León ya quiere formalizar relaciones. Mi mamá está feliz; lo que me extraña es que de chiquita ni me pelaba; ahora cuando llego tarde me está esperando dizque

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